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RECICLAJE TEXTIL: EL DESAFÍO DE LA CLASIFICACIÓN

La creciente demanda de moda rápida de bajo coste está provocando una disminución en la calidad de los materiales, lo que los hace más difíciles de reutilizar o reciclar. Según la Fundación Ellen MacArthur, se estima que cada año se generan 114 millones de toneladas de residuos textiles. De la ropa que se recolecta para reciclar, el 12% se convierte en aplicaciones de menor valor, como material aislante, y menos del 1% se usa para fabricar ropa nueva en una economía circular. El alto contenido de poliéster en la moda rápida también significa que una cantidad cada vez mayor de textiles desechados se incineran en plantas de conversión de residuos en energía debido a su alto poder calorífico.

El impacto ambiental de los residuos textiles

El creciente consumo de ropa, junto con la disminución del tiempo de uso y la mayor presencia de materiales sintéticos (como el poliéster y el nailon), está empeorando el impacto sobre el medio ambiente.

Grandes cantidades de microfibras se desprenden del lavado de textiles y se filtran a ríos, mares y océanos, representando el 35% de la contaminación total por microplásticos. Además, deshacerse de las prendas de forma inadecuada provoca también la liberación de textiles planos al medio ambiente, poniendo en peligro la vida silvestre y marina.

El impacto ambiental de los residuos textiles

El creciente consumo de ropa, junto con la disminución del tiempo de uso y la mayor presencia de materiales sintéticos (como el poliéster y el nailon), está empeorando el impacto sobre el medio ambiente.

Grandes cantidades de microfibras se desprenden del lavado de textiles y se filtran a ríos, mares y océanos, representando el 35% de la contaminación total por microplásticos. Además, deshacerse de las prendas de forma inadecuada provoca también la liberación de textiles planos al medio ambiente, poniendo en peligro la vida silvestre y marina.

El desafío de la clasificación textil

La ropa está hecha de diferentes tejidos, apliques, accesorios y fornituras. Además, contiene varias materias primas: combinaciones de fibras naturales y sintéticas, plásticos y metales. Esto hace que deshacerse de las prendas de manera sostenible sea una cuestión complicada.

“La industria del reciclaje requiere fracciones puras o mezclas muy específicas”, explica Annika Ludes, ingeniera de soluciones digitales de Stadler. “Esto significa quitar los elementos fijos y accesorios del tejido. Los diferentes materiales de la prenda (el tejido exterior, el forro, las costuras) deben separarse y luego deben clasificarse según las fibras que componen cada tejido (algodón, elastano, poliéster, etc.).

Hoy en día, la clasificación de textiles se realiza manualmente y solo una pequeña parte del material de salida es apto para el reciclaje. Sin embargo, se está investigando para automatizar el proceso con el objetivo de producir las fracciones de alta calidad necesarias para abordar el desafío del reciclaje.

Clasificación automatizada: hacia una economía circular textil

Stadler, proveedor de plantas de clasificación para la industria del reciclaje, está investigando soluciones automatizadas basadas en sensores para la clasificación de textiles. En 2017, en asociación con Tomra, diseñó y construyó una pequeña planta de proyecto piloto en Avesta (Suecia), en el marco de la segunda fase del proyecto de la Plataforma Sueca de Innovación para la Clasificación de Textiles (SIPTex). Financiado por el gobierno, el objetivo de SIPTex es desarrollar una solución de clasificación adaptada a las necesidades de los recicladores textiles y de la industria de la confección.

A esto le siguió, en 2020, la tercera fase del proyecto: la primera planta de residuos textiles mixtos totalmente automatizada a escala industrial del mundo que es capaz de lograr la pureza y la recuperación necesarias para el reciclaje y la reutilización.

Esta instalación, ubicada en Malmö, procesa desechos pre-consumo de productores textiles (recortes y desechos) y desechos post-consumo. Estos consisten en ropa y textiles para el hogar y pueden contener partes no textiles, como botones y cremalleras. El material se entrega en lotes de 350 a 500 kg y se clasifica entero. La planta tiene capacidad para procesar hasta 4,5 toneladas/hora en una línea.

El proceso de clasificación textil

El proceso de reciclaje textil desarrollado por Stadler en cooperación con Tomra en el marco del proyecto SIPTex comienza con los residuos textiles que ingresan a la planta en lotes, dosificados y alimentados por cintas transportadoras en cuatro unidades Tomra Autosort basadas en sensores.

“Debido a la naturaleza del material textil que se introduce en la planta, el sistema de alimentación y la dosificación son muy importantes para el éxito del proceso de clasificación”. Así lo explica el Dr. Bastian Küppers, Ingeniero de Desarrollo de Negocios Digitales de Stadler. “El tambor dosificador de Stadler cuenta con componentes mecánicos especialmente diseñados para manejar materiales textiles suaves y flexibles, de varias formas y tamaños. Asimismo, el diseño y la disposición de las cintas transportadoras, las tolvas y los conductos deben diseñarse para evitar que se enreden piezas largas de tejido”.

La tecnología de clasificación NIR (Near Infrared) de Tomra también es clave para el proceso. Esta es capaz de reconocer y diferenciar varios tipos de textiles en un primer paso y, además, se agrega un segundo clasificador óptico para una mayor limpieza de impurezas.

El proceso de clasificación textil

El proceso de reciclaje textil desarrollado por Stadler en cooperación con Tomra en el marco del proyecto SIPTex comienza con los residuos textiles que ingresan a la planta en lotes, dosificados y alimentados por cintas transportadoras en cuatro unidades Tomra Autosort basadas en sensores.

“Debido a la naturaleza del material textil que se introduce en la planta, el sistema de alimentación y la dosificación son muy importantes para el éxito del proceso de clasificación”. Así lo explica el Dr. Bastian Küppers, Ingeniero de Desarrollo de Negocios Digitales de Stadler. “El tambor dosificador de Stadler cuenta con componentes mecánicos especialmente diseñados para manejar materiales textiles suaves y flexibles, de varias formas y tamaños. Asimismo, el diseño y la disposición de las cintas transportadoras, las tolvas y los conductos deben diseñarse para evitar que se enreden piezas largas de tejido”.

La tecnología de clasificación NIR (Near Infrared) de Tomra también es clave para el proceso. Esta es capaz de reconocer y diferenciar varios tipos de textiles en un primer paso y, además, se agrega un segundo clasificador óptico para una mayor limpieza de impurezas.

Fuente: Pinkermoda.com

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